Cómo afrontar el duelo: un camino de sanación tras la pérdida
- Angélica Lucía Cartagena
- 5 sept
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 sept
Perder a un ser querido es una de las experiencias más dolorosas de la vida. El duelo es ese proceso natural que atraviesa nuestro cuerpo, mente y espíritu cuando enfrentamos la ausencia de alguien que amamos. Aunque cada persona vive este camino de manera única, la ciencia y la psicología han encontrado patrones comunes y recursos que pueden ayudarnos a transitarlo de una forma más consciente y compasiva.
En este artículo exploraremos qué es el duelo, cuáles son sus fases, y qué herramientas pueden ayudarnos a vivirlo sin reprimirlo, pero también sin quedarnos atrapados en él.

¿Qué es el duelo?
El duelo es la respuesta emocional, cognitiva, conductual y espiritual ante una pérdida significativa. Aunque solemos asociarlo a la muerte, también puede estar presente en rupturas de pareja, pérdida de la salud, migraciones o cualquier cambio vital profundo.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el duelo normal es un proceso adaptativo que permite integrar la pérdida en nuestra vida, mientras que un duelo complicado ocurre cuando la persona queda bloqueada, sin poder avanzar hacia la aceptación.
Las fases del duelo
El modelo más conocido es el de Elisabeth Kübler-Ross, quien describió cinco etapas:
Negación: un mecanismo de defensa que nos protege del impacto inicial.
Ira: surge la frustración y la pregunta del “¿por qué?”.
Negociación: intentos mentales de revertir lo sucedido (“si hubiera hecho esto…”).
Depresión: aparece la tristeza profunda, el vacío y la sensación de soledad.
Aceptación: se integra la pérdida, reconociendo que el amor permanece aunque la persona no esté físicamente.
Es importante entender que estas fases no son lineales: podemos ir y venir entre ellas en distintos momentos.
Señales de que el duelo necesita acompañamiento
Aunque el duelo es un proceso natural, en algunos casos se convierte en un obstáculo para la vida cotidiana. Algunos indicadores de duelo complicado son:
Sentir un dolor intenso que no disminuye con el tiempo.
Aislamiento social prolongado.
Pensamientos recurrentes de culpa o autorreproche.
Ideas de que “la vida ya no tiene sentido”.
Incapacidad para retomar actividades básicas.
En estos casos, buscar apoyo psicológico o terapéutico puede marcar una gran diferencia.
Estrategias para afrontar el duelo
Aceptar las emociones: no hay emociones “malas” en el duelo; tristeza, enojo o confusión son parte del proceso.
Cuidar el cuerpo: el dolor emocional impacta en lo físico; mantener rutinas de descanso, alimentación y movimiento es fundamental.
Apoyarse en la red social: compartir recuerdos, hablar de la persona fallecida y permitirse recibir apoyo evita el aislamiento.
Rituales de despedida: encender una vela, escribir una carta o crear un altar simbólico pueden ayudar a darle un lugar al amor y a la ausencia.
Explorar recursos terapéuticos: desde la psicoterapia hasta enfoques integrativos (meditación, respiración consciente, acupuntura o terapias transpersonales) pueden ofrecer alivio y comprensión.
Un recordatorio final
El duelo no es algo que se “supere”, sino una experiencia que se integra en nuestra historia. La herida puede sanar, pero la huella del amor permanece. Honrar a quienes partieron también significa honrar la vida que aún tenemos.
Si estás atravesando un proceso de duelo y sientes que no puedes con el peso sola, buscar acompañamiento puede abrir un camino de luz en medio de la oscuridad.






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